6 buenas prácticas para mejorar tu sistema de calificación
Evaluar y calificar no es tarea fácil, sobre todo, en los tiempos que corren: clases a distancia y la dificultad de ir captando cuánto van aprendiendo los estudiantes en sus casas. Asimismo, el sistema educacional chileno posee diversas malas prácticas muy arraigadas a la hora de “poner notas”.
Que todas las calificaciones del semestre tengan la misma ponderación o “valgan lo mismo”, hacer escalas muy amplias para diferenciar el rendimiento, nunca poner el 7,0, o bien, empezar a calificar desde el 4,0 para que todas las notas sean “azules”, son ejemplos de malas prácticas a la hora de calificar. Todos estos escenarios, además, van en contra del espíritu del Decreto 67.
Una calificación es una representación del logro en el aprendizaje a través de un proceso de evaluación, que permite trasmitir un significado compartido respecto a dicho aprendizaje mediante un número, símbolo o concepto.”
Decreto 67.
A continuación, les compartimos 6 consejos para que profesores puedan mejorar su sistema de calificación y así avanzar hacia uno más integral enfocado en su totalidad hacia el aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes.
Para estas recomendaciones nos basamos en el documento “Buenas prácticas para calificar (o cómo asignar notas que sean justas e informativas)” de MIDE UC.
1. No le pongas nota a todo
Esto no significa que debes dejar de evaluar, ya que, como bien sabes, evaluar y calificar son dos procesos distintos. (Si quieres reforzar estos conceptos, ingresa a este artículo de nuestro Blog.) Tus esfuerzos como docente deberían estar más enfocados hacia ir analizando la evidencia del aprendizaje de los estudiantes y la entrega de retroalimentación que a ir calificando todo.
2. Asegúrate de que tus alumnos diferencien una evaluación formativa de una sumativa
Es relevante que los alumnos sepan cuándo las actividades que realicen tendrán calificación y cuando son encargos o tareas cuyo objetivo es solamente pesquisar información que será relevante para que el docente compruebe cómo va el proceso de aprendizaje. Las diferencias entre evaluación formativa y sumativa puedes consultarla acá.
3. Explicita con anticipación qué entrará en la prueba y qué no
No seas como este meme.
Infórmale a tus alumnos de manera clara y con anticipación qué contenidos, habilidades y competencias deberán demostrar en el proceso evaluativo. Preocúpate también de que esa materia haya sido revisada en clases y de que los alumnos contaron con instancias para plantear sus dudas. Como promueve el Decreto 67, el objetivo de la evaluación es hacer un sondeo del aprendizaje de los alumnos y no intentar “pillarlos”.
4. Diversifica los tipos de evaluación
Las clases a distancia hacen todo más complicado y las ideas pueden escasear a la hora de pensar en evaluaciones distintas. Pero está altamente recomendado ir variando el método y no caer constantemente en las clásicas pruebas de alternativas y verdadero y falso. Motiva a tus estudiantes encargándoles tareas en grupo o crear videos, podcasts, diseños, maquetas, blogs, juegos, etc. Así también podrán destacar alumnos con habilidades menos “tradicionales”.
5. Dale un significado sustantivo a los distintos tramos de la escala de calificación
Sabemos que es un esfuerzo extra, pero es importante expresar y clarificar qué representa cada tramo de la escala en relación al desempeño que estos tramos representan, como lo que hace una rúbrica. En vez de entregarle al estudiante su desempeño traducido en un número, lo ideal es brindarle una puntuación respaldada con aspectos que éste entienda y que represente logros tangibles.
6. Todos merecemos una segunda oportunidad
Es bueno que los estudiantes cuenten con instancias sin calificación, como evaluaciones formativas, para ir probando sus conocimientos y recibiendo retroalimentación.
La principal ventaja de introducir una práctica de este tipo es habituar a los estudiantes a analizar su propio desempeño, con el incentivo de que tendrán la oportunidad de mejorarlo, en lugar de quedarse con la nota como una valoración de su trabajo que tiene algo de azaroso o arbitrario, que es poco comprensible y sobre la cual no tienen nada más que hacer.”
Ravela, P., Picaroni, B. & Loureiro, G. (2017). ¿Cómo mejorar la evaluación en el aula? Reflexiones y propuestas de trabajo para docentes.
Tod@s lo hicimos.