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La importancia de la información a la hora de combatir el ciberacoso

Entrevista a Evanyely Zamorano, cofundadora de Fundación Summer

La cofundadora de Fundación Summer, Evanyely Zamorano, nos contó cómo ha sido la trayectoria de la fundación que sensibiliza a las comunidades escolares en torno al ciberacoso, al bullying y la prevención del suicidio. A casi cuatro años del suicidio de su hija, Katherine Winter, conocida como Katy Summer– pseudónimo artístico al que alude el nombre de la fundación-, Evanyely habló sobre el poder que tiene la información, los datos y el conocimiento a la hora de combatir el bullying en los colegios

Junto con su marido, y co-fundador de la fundación, Emanuel Pacheco, han trabajado incansablemente por generar conciencia a gran escala en torno a la violencia, tanto en las comunidades educativas como en la sociedad en general. Además, conversamos sobre algunos datos alarmantes que arrojó el estudio nacional realizado por la fundación Summer con el apoyo de la Universidad del Desarrollo y el financiamiento del Ministerio Secretaría General de Gobierno, “Estudio Ciberacoso y Salud Mental 2021”.

Cómo empezó la Fundación Summer

La fundación Summer nace como una iniciativa absolutamente desde la sociedad civil, de unas personas comunes haciendo algo común: un par de padres que pierden a su hija y que al perderla pensaron que eran los únicos. 

Evanyely, o Lely- como le gusta que la llamen- cuenta que cuando ocurrió el suicidio de Katy sufrieron un rechazo muy fuerte por parte de la comunidad estudiantil y se fueron a pique. “Cuando tenemos un desenlace de suicidio debido a acoso escolar, y vimos que cambió totalmente el esquema de la comunidad y de las personas que habían alrededor, se nos vino el mundo abajo. La fundación Summer nace como una necesidad de sobrevivir, y respondiendo la pregunta de “ahora que se nos cayó todo, ¿qué vamos a hacer?”, dice Lely.

Aproximadamente un mes después de la muerte de Katy, Lely entró a su perfil de Facebook y vio que tenía miles de mensajes de personas que le decían “a mí también me pasó”. Fue en ese entonces cuando se dio cuenta que no era la única madre con esa experiencia. 

Así fue cómo Lely junto a Emanuel comenzaron a contactar a las fundaciones que trabajaban temas de suicidio, para buscar una respuesta a la pregunta “en qué fallamos como padres”. “Queríamos saber qué hacer para no fallar otra vez, porque se suponía que Katy era la que estaba más segura de nuestros tres hijos, entonces no entendíamos cómo pudo pasarle lo peor justo a ella”, relata. 

Fue gracias a la insistencia de Evanyely y Emanuel que el Ministerio de Salud sacó la guía de prevención de suicidio. “Les dijimos que ahora había un par de papás que no los iba a dejar tranquilos hasta que la sacaran. Así logramos que saliera como en un mes”, recuerda Lely.

La decisión de volcarse por completo a la fundación:

En un primer momento hicieron una página web con el nombre de todas las fundaciones relativas al suicidio, a modo de guía telefónica, para quien lo necesitara. Para esa recopilación de instituciones recibieron ayuda de Bárbara Soto, que era Seremi de Educación en ese minuto.

Sin embargo, el destino del sitio web se vio modificado gracias a un episodio que removió nuevamente las emociones del matrimonio. Un día Emanuel recibió un mensaje en el Messenger de Katy. La persona que escribía era una joven que aseguraba no aguantar más y que su única opción era el suicidio. Tras ese mensaje la pareja escribió a los grupos de Whatsapp en los que estaban las organizaciones con que hicieron redes, contándoles la situación de la joven para buscar una solución en conjunto.

Pero al no encontrar una respuesta satisfactoria y una ayuda concreta, decidieron actuar por su cuenta, preguntándole a la niña el teléfono de su madre y posteriormente hablando con ella. No obstante, cuando la mujer contestó, se toparon con una respuesta que no esperaban: “si se va a suicidar, que se suicide. Esta niña ya ha hecho tres intentos, si lo va a hacer que le funcione. Yo ya estoy cansada y no doy más”, les dijo.

Luego de cortar, y no quedando contentos con la llamada, decidieron intentar todo lo posible para ayudar a la joven. Siguieron hablando con ella, hasta el día de hoy. Eventualmente la conocieron en persona. Viajaron a Valdivia, donde vivía, y dieron charlas en colegios de la zona.

Fue luego de esa situación con aquella joven, que Lely y Emanuel tomaron la decisión de volcarse totalmente a la fundación y constituirse legalmente, pues, en sus palabras, las instituciones y personas que atendían esos problemas, no actuaban rápidamente. “Nos percatamos de que la página web que estábamos haciendo con los contactos a las organizaciones, no iba a servir, porque iban a estar todas copadas”, declaró Evanyely. 

El primer impacto en las charlas sobre ciberacoso:

La primera charla que dio la fundación Summer tuvo un éxito inesperado para el matrimonio: “Lo que pasó ahí fue demasiado potente para nosotros. Todos los chicos se nos tiraban encima y querían que fuéramos a sus colegios, porque necesitaban que se escuchara ese mensaje. Fue como ver a todo el mundo reducido en esos chicos y nos volvimos a preguntar cómo aterrizar todo aquello”, rememora Lely en torno a esa charla.

“De ahí nació la fundación. De solventar esa necesidad y también de ayudarnos a vivir nuestro duelo”, cuenta la abogada y co-fundadora de Fundación Summer. Todo ocurrió durante los meses inmediatamente posteriores a la muerte de Katy.

Libro Yo Elijo Salvar (2021)

Desde ese entonces no han parado de dar charlas y hacer diversas campañas en contra del bullying y el ciberacoso. Asimismo, el 2021 publicaron su primer libro: Yo elijo salvar. Actualmente es un material utilizado por varios colegios, ya que viene no solamente con testimonios e historias de sensibilización, sino además con ejercicios de relajación aplicables a l@s estudiantes. 

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1.- ¿De qué manera la tecnología favorece en la labor de combatir el bullying, el ciberacoso y prevenir el suicidio?

Nosotros partimos como fundación buscando alternativas que funcionaran. Hay muchos niños que piden ayuda a través de Instagram, y a veces Messenger. A veces nos dicen solamente “hola”, y cuando contestamos nos agradecen enormemente y nos cuentan todo. Logras tener una conexión.

Hemos hablado con psicólogos y les preguntamos si pueden escribir desde su Instagram a los chicos que piden ayuda. Su respuesta era no, porque para ellos era anti ético. Entonces nosotros les decíamos: “perdimos una hija. Si alguien le hubiese contestado bien, si alguien le hubiese dado las respuestas correctas, la hubiese contenido, quizás estaría aquí con nosotros”. Pero nos decían que no, que para hablar con alguien tiene que ser mirándolo a los ojos, de manera presencial. Y eso que estos eran psicólogos jóvenes. 

También nos pasó que cuando ocurrió lo de Katy nos mandaron al psiquiatra y lo primero que me dijo éste fue: “¿Qué es ciber bullying? ¿cuando a un niño le quitan un sandwich?” Y fue en la Clínica Alemana, con un psiquiatra prestigioso, hasta con cara de sabio. Así que ahí pensamos: ya, los profesionales de la salud no saben del tema, no quieren atender, los chicos piden ayuda de la manera que uno menos piensa.

Hemos estado tratando de sacar un apoyo tecnológico en el cual los chicos puedan tener asistencia de primeros auxilios psicológicos y que reciban primero consejos claros de autoayuda, y si eso no funciona, que rápidamente suene una alerta. Como hay muchos que no quieren mostrarse, si tú de primera le pones una persona que les hable, tampoco van a sentirse cómodos y van a querer salir corriendo.

Emanuel Pacheco y Evanyely Zamorano en una charla de sensibilización

Muchas veces nos cuestionan y preguntan cómo buscamos tecnología si nuestra hija falleció por tecnología. Pero cuando alguien quiere morir, es que tiene un dolor muy grande que no sabe cómo soportar, y como no sabe, entiende que la única posibilidad es morir. Es desde ahí que hemos seguido actuando como fundación, ya sea a través de lo que estamos tratando de desarrollar por vía tecnológica, a través del libro y a través de las charlas.

2.- La batalla contra el bullying es larga y compleja. ¿Con qué organismos del estado trabajan?

Somos parte del Consejo Consultivo de la Defensoría de la Niñez y también de la Superintendencia de Educación. Además mantenemos conversaciones con el Ministerio de Educación, pero hay mucho que trabajar todavía, como por ejemplo, trabajar el concepto de justicia retributiva.

No somos partidarios de la expulsión de los alumnos agresores. Consideramos que un punto previo a la expulsión, al menos, es que exista una justicia retributiva. Es decir, averiguar qué está pasando con ese o esa joven que fue capaz de gestionar tanta violencia. Si l@ expulsan, no se sabrá nunca qué pasó y posiblemente esa persona va a repetir la acción en otro lugar y quizás más fuerte. Entonces necesitamos saber qué les pasa. 

Hemos visto que much@s están pasando por situaciones extremas en sus casas, por ejemplo. Si no entendemos ni sabemos qué pasa con ellos, nos estamos perdiendo toda la información y el material para trabajar. La justicia retributiva implica que la persona agresora reconozca lo que pasa y ayudarla para que evolucione. Si logra evolucionar, luego hay que conversar de qué manera va a retribuir el daño causado.

3.- En su trayectoria como fundación, ¿qué experiencias han conocido que estén generando un impacto positivo en la prevención del suicidio infanto juvenil?

Dentro de las experiencias más positivas que hemos rescatado están aquellas instituciones que buscan soluciones a través de la tecnología. Nosotros formamos la Red Summer, que es un conjunto de alrededor de 20 o 22 psicólogos y psicólogas que dan atención a jóvenes a un precio moderado o gratuitamente, dependiendo del acuerdo al que lleguen entre paciente y tratante. 

Videojuego Fortnite

Algo que le propusimos a l@s psicólog@s de la red y que acogieron positivamente, fue ver qué ocurría con los niños adictos a los videojuegos y cómo tratarlos desde ahí. Uno de los psicólogos dijo que jugaba Fortnite y le pregunté si estaría dispuesto a atender a un niño dentro de la plataforma del videojuego.

Cuando partimos, al principio era una estrategia de ver si funcionaba o no, un experimento. Un día, el psicólogo en cuestión finalmente nos dijo: “di de alta a mi primer paciente de Fortnite”. Le preguntamos cómo fue y nos dijo que cuando los niños juegan son cien por ciento ellos.

Entonces, es ir a su mundo a encontrarlos. Qué habríamos dado nosotros por que alguien hubiese ido al mundo de Katy y la hubiese encontrado ahí.

4.- ¿Qué importancia tiene, en tu opinión, un buen análisis de datos de la comunidad estudiantil para los colegios, como un método de prevención del ciberacoso?

Absoluta. Un buen análisis de datos tiene un cien por ciento de éxito. Mientras más datos tengas que analizar, más información tienes y el resultado puede ser más completo. Entre más información, mayor posibilidad de éxito. Por eso los estudios que hacemos nosotros son con inteligencia artificial, que logra más rapidez y eficiencia. Si tenemos las herramientas, es fundamental usarlas

Por ejemplo, imagínate un niño que tiene 7 en matemáticas, 7 en lenguaje pero un 3 en relacionamiento o emocionalidad tiene un 3 porque no logra relacionarse con sus pares u otra razón. ¡Te están dando toda la información necesaria para trabajar sobre eso! Es muy necesario el reporte de lo que está pasando en el colegio con nuestros niños.

Cuando yo hablaba con el Ministro de Salud le preguntaba por qué Katy nunca mostró en la casa lo que le pasaba y por qué nunca se quejó con nosotros. Su respuesta fue que los síntomas se suelen mostrar en el lugar donde se provocan. Si los síntomas son generados en el colegio, el niño puede llegar sonriendo, entra y ahí se le acaba la sonrisa, parte el dolor de cabeza, el estómago, etcétera. Cuando salen de ese lugar es como si mejoraran repentinamente sus dolencias. 

5.- En esa misma línea, ¿con qué debería contar todo establecimiento educativo para prevenir la violencia escolar? ¿Y cómo debe actuar en casos de ciberacoso que se dan “por fuera” del establecimiento?

Hoy día estamos viendo que los protocolos fallan, porque hablamos de jóvenes que están organizándose, armándose, coordinándose para ir a atacar otro establecimiento. Entonces los protocolos no nos sirven, porque el de un establecimiento no rige en el otro. 

Nos estamos dando cuenta que los protocolos no están siendo del todo útiles y para eso, como fundación, nos estamos asociando con una empresa española que se llama Interser. La idea es, con ellos, certificar a los colegios en lo que es un buen protocolo de convivencia escolar para evitar bullying y ciberbullying. Obviamente nadie puede garantizarte que ya no habrá violencia escolar, pero al menos tendrás buenos protocolos de acción y hoy en día es demasiado necesario saber qué hacer y cómo hacerlo. 

Lo que realmente funciona es, en primer lugar, que existan mecanismos de denuncia segura y anónima. Además, que de esa denuncia se pueda ver su seguimiento. Porque si nadie supo qué pasó con esa denuncia, estás generando una justificación para la desesperanza en que acá las cosas no funcionan ni van a funcionar. 

También es necesario que todos tengan conocimiento legal de estos temas. Por ejemplo, el bullying no es considerado delito, pero el trato denigrante sí. Es una figura del código penal que conlleva pena de presidio y está relacionada con menores. Es necesario que se revisen muchas instancias legales. Hay leyes que sí están vigentes y son efectivas pero no las estamos usando.

6.- Uno de los resultados que arrojó el Estudio Nacional sobre Ciberacoso en Pandemia es que el mayor motivo por el que se hace ciberbullying es la apariencia física. También, que la mayoría de víctimas suelen ser mujeres. ¿Cuáles de los resultados han dado más que hablar y sobre los cuales se está trabajando con mayor ahínco?

Lo que nos llamó mucho la atención es algo que coincide con la figura que nosotros llamamos testigo salvador. Ante una situación de violencia existen muchos testigos; más del 67% de los que están ahí son testigos, y éstos no hacen nada. Eso es lo terrible. Nosotros en las charlas te mostramos cómo se ve un cerebro normal y cómo se ve uno que está siendo atacado, con ansiedad o depresión: apagado. 

¿Cómo le pides a ese cerebro apagado que reaccione y se defienda? Simplemente no se puede. Son los testigos los que tienen que hacer algo. Si estás viendo algo que no corresponde, donde hay violencia, qué vas a hacer tú. El testigo salvador es el que va de una manera cuidadosa a buscar apoyo. Y si es un ataque por internet, es necesario sacar la información y enviarla a alguien que pueda hacer algo. 

Hicimos que la PDI sacara el fono de violencia digital, entonces ya no es necesario ir a la PDI, sino que puedes llamar. Antes no se hacía. Hemos trabajado en modificaciones legales y sé que hay cosas que tenemos que terminar de cambiar, algunas que están en el senado, otras en la cámara de diputados. Pero necesitamos que lo que tenemos y que esté vigente sí funcione. 

7.- Una de las últimas cifras sobre ciberacoso, arrojó que el 41.5% de l@s estudiantes no pide apoyo, y que sólo un 1% denuncia. Algun@s declaran que no sirve pedir apoyo ni dentro del colegio, ni fuera. Ante estos alarmantes datos, ¿qué hacer como sociedad para que vuelva la confianza en las instancias formales de apoyo y que éstas sean efectivas?

Lo que nosotros vemos que sí funciona son las charlas de sensibilización. Éstas son literalmente un llamado de atención a la sociedad, llámese padres, profesores, estudiantes, directivos, etcétera. 

Hay que dejar de mirar en menos a los demás miembros de la comunidad educativa, pensando que sólo los encargados de convivencia escolar deben tratar estos temas. Por ejemplo, muchas cosas pasan en el baño y la enfermería, y ahí los estudiantes pueden encontrar apoyo en auxiliares, enfermeras, asistentes de la educación, entre otros.  

Nosotros con Injuv hicimos el taller “Jóvenes protagonistas”, en ocho regiones. En ese taller vimos la solución para gestionar eficientemente los conflictos en las comunidades escolares. Todos los jóvenes, de 8 regiones distintas, nos dijeron que necesitaban experiencia pero no al experto. 

Nos explicaron que cuando venía la charla desde el experto, el experto se iba, tú les preguntabas de qué hablaron y a todos se les olvidó, pero cuando había una experiencia testimonial, ellos entendían. Se callaban, escuchaban y entendían. Ahí nos dimos cuenta que la sensibilización es un trabajo de hormiga, pero es muy consciente, muy seguro, certero y que une a las comunidades. 

Quizás si hubiéramos partido esta sensibilización en marzo, no habríamos vivido el marzo que vivimos. 

Taller de Fundación Summer con Injuv

8.- Finalmente, pensando en el accionar de los apoderados, ¿cómo pueden prevenir estas situaciones?

Sobre todo, mostrando su vulnerabilidad y acercándose más a sus hijos. Imagínate un papá diciendo que le fue mal en el trabajo ese día, que nada le funcionó. ¿Qué haría alguien con un papá o mamá que llega así a la casa? Probablemente lo abrazaría y diría “te entiendo”. 

Pero si llega y te dice que está destruido, muerto de cansado y que no lo molestes, obviamente nadie querrá acercarse y conversar sobre lo que le está pasando. De ahí la importancia de ser honestos con las emociones frente a sus hijos. 

Si quieres conocer más de la Fundación Summer, hacer un aporte o conectar con ellos para su apoyo en la sensibilización contra el bullying, ciberacoso y prevención del suicidio, puedes dirigirte a su sitio web

Con Whatsapp Escolar puedes comunicarte con estudiantes, apoderados y miembros de la comunidad educativa

Viviana Cabezas Mayanes

Viviana Cabezas Mayanes